Traicionar a un amigo es la tragedia más grande que cualquier ser humano puede cometer. De Jesús para abajo. No se preocupen, vamos a hablar de Economía, Ciencia y Fe.
Esta historia comienza en la posguerra, Europa era tan pobre que el Presidente Juan Domingo Perón ayudó con grandes cantidades de granos de trigo, sin cobrar nada a cambio. Solo porque somos pueblos hermanos.
Por supuesto que la orgullosa Europa no entendió nada. No nos devolvieron ni un gracias. Es más, nos perjudicaron. (Inglaterra fue una de las pocas en agradecer).
La cosa es así: “Ita-lío” en la época del “Mittelgang” nos compraba grano barato al precio que ellos fijaban y lo revendían carísimo a precio Europeo, con la mentira de que era trigo Europeo y a precio oro, con el argumento de que nuestro trigo era de menor calidad.
Con el tiempo fueron “mejorando” la forma de estafarnos.
Hacemos un paréntesis:
Bueno, en el campo se cultiva trigo. Después de la cosecha, debido a que el grano es separado de la planta, las esporas de hongos comienzan a crecer. Esto es natural y bueno, sucede para que el grano comience a germinar gracias a que el pericarpio del grano se debilita y deja pasar la humedad. Los agricultores inmediatamente secan los granos después de la cosecha para evitar vender agua por grano y debido a que los almacenan en silos. Si los granos son almacenados con excesiva humedad fermentan produciendo calor y liberando gases orgánicos, que eventualmente producirán una explosión, muy peligrosa y costosa.
Siguiendo con otro tema importante:
Con el estudio de las aflatoxinas debido a Sir Alexander Fleming. Se lograron muchos avances para la ciencia. Sir Fleming de origen irlandés y muy pobre, pero inteligente desde niño, fue muy Bendecido y supo capitalizar dicha Bendición de Dios. No podía pagarse, ni los estudios elementales. Trabajaba para una rica familia Anglicana y debido a sus buenas obras el jefe de familia lo adoptó bajo su protección y pudo realizar sus estudios universitarios en Inglaterra.
Un día en su laboratorio Fleming observaba unas cápsulas de petri de vidrio que estaban cultivadas con bacterias. En el centro habían crecido hongos y alrededor de éste había una zona
(como una auréola) sin bacterias. Como obviamente el hongo que había crecido era un contaminante, Fleming analizó si debía descartar la placa defectuosa. En ese momento se iluminó su alma y su mente, y dedujo que el hongo estaba produciendo un antibacteriano natural que inhibía el desarrollo bacteriano. Luego esta aflatoxina se llamó Penicilina (Un antibiótico de muchos que hay hoy en día).
Volviendo al tema central y resumiendo:
Europa fija cotas cada vez más bajas de contenido de aflatoxinas por tonelada. De esta manera quiere obligar, vía penalización, que los agricultores deban vender a precio regalado su trigo y otros cereales y oleaginosas.
Alimentan sus gordas barrigas con el hambre de los niños pobres.
Autor: Josze Karusso
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