CRÓNICA DE UNA NOCHE Y UN DÍA
Los británicos avanzaban sobre la fría y húmeda tundra. El viento los azotaba y los llevaba en espíritu hacia sus cálidas casitas en los suburbios y los campos donde sus familias preparaban la Pascua de Jesucristo, orando y rezando.
De repente pisan unas latas y danse cuenta de la trampa mortal.
Al piso, ordena el sargento y comienza la balacera infernal.
El demonio reía observando el dantesco espectáculo y decía a los feminoides gritos: ¡Los espero en el infierno!
Los argentinos parapetados en sus trincheras y sin viceras infrarrojas para visión nocturna habían inventado una improvisada alarma caza bobos. Lo atamo con alambre, lo atamo; vió.
La lucha fué feroz y duró la noche entera. Los pobres ingleses no sabían las bajas que habían tenido. Estaban mojados, hambrientos y solos. A la buena de Dios.
Ahora el silencio reinaba y de repente comenzó a oirse una oración, un ruego, una suplica desesperada a la Santísima Virgen María: GOD SAVE THE QUEEN. Cantaron Todos y tuvieron fe.
Con la llegada del día no se había reiniciado la escaramuza. ¿Qué habrá pasado? pensaban los british, ¿ Se habrán retirado? Imposible pensaban, ellos están en ventaja.
Ya rayaba el medio día y no podían cambiar de posición. Estaban rodeados en medio de dos frentes. Es de manual. Es la muerte segura en la guerra. Atrapados como ratas.
De repente el viento sopla desde la posición argentina y trae un aroma exquisito, maravilloso, celestial. Asado argentino, dice un soldado.
¡No!, lo que nos faltaba, dice el sargento a cargo del pelotón. Luego un grito: GRINGO, COME IN. PACE. WAR IS OVER. GRINGO BROTHER.
¡Que locura! No puede ser. Entonces ven al Teniente Gastón X del Ejercito Argentino con un trapo Blanco y dice: IS OVER. WAR IS OVER.
El sargento Mike X con lágrimas en los ojos se levanta y lo abraza. Milagro de Dios.
Detalles: Faltó el chimichurri y el buen vino. Pero la amistad no faltó como en todo buen asado argentino.
Autor: Josze Karusso
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