Estamos en el siglo XVI, Selim II gobernaba el imperio Otomano. Los islámicos arreciaban el mar mediterráneo mediante corsarios e impedían el comercio de Europa con Asia.
El papa San Pío V alertado por Dios, organizó una flota para acabar con el poderío marítimo otomano.
En Palabras del mismo Miguel de Cervantes Saavedra, que fue soldado en esa batalla, transcribimos sus impresiones:
“La batalla de Lepanto se circunscribió a territorio otomano. Los islámicos contaban con muchos más barcos que nosotros los cristianos. La previa de la batalla la pasamos orando y preparando las armas.
Hacemos un paréntesis. El papa Pío V, muy santo por cierto, había pedido ayuda a España y Venecia. Había encomendado a la flota cristiana bajo la protección de la Virgen María. Durante el transcurso de la batalla, estuvo encerrado en su camarín, rezando su Rosario y viendo cómo transcurría todo.
Volvamos a la batalla. El pueblo otomano de mayoría musulmana, estaba siendo oprimido por falsos musulmanes que se autodenominaban islámicos, demonios sin duda.
Entre los soldados cristianos había muchos hombres muy valientes. En el mástil de una de las galeras ondeaba una imagen de la Virgen de Guadalupe. La misma que se le apareció al indio San Juan Diego de México.
La batalla transcurrió durante toda la tarde del 7 de octubre. Actualmente se festeja el día de la Virgen del Rosario.
Mi participación en esa batalla fue junto a un grupo de españoles, los nombres ya no importan, lo importante es que ahora están en el Corazón de Jesús y María.
Nuestra estrategia fue matar al mismo Selim II. Fuimos avanzando nuestro grupo de soldados con un pica que tenía la Cruz y le cortamos la cabeza al rey otomano y la clavamos en la pica, para susto de los islámicos…”
Dejamos tranquilo a Don Miguel de Cervantes Saavedra, el cual volvió de esta batalla con la mano izquierda lastimada, lo que le valió el sobrenombre de Manco de Lepanto, esto no impidió que nos deleitara tiempo después escribiendo el Don Quijote y otro libros importantísimos para toda la humanidad.
Josze Karusso
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